martes, 19 de diciembre de 2017

Locura...

Si la locura es tener claridad, entonces, llámenme loco, y arrástrense ciegos aún, como siempre en su pasado,
por túneles y ramificaciones infinitas, por parques ahogados en sombras y senderos escondidos entre hierba. Te pude ver y los vi a todos así, chocando sus cabezas como aviones suspendidos que van a un fatal encuentro; con las comunicaciones caídas, sin torre de control. Ahora creo, cada vez más,
y es la sospecha que crece desde antaño,
que estoy mejor sin la gente alrededor.
Buscar montañas, mares, aires desolados,
vivir con el susurro leve del viento
entre los pinos de un bosque remoto, se hace prioridad. Morir de miedo en las noches oscuras y silentes, también, entre ruidos que se cuelan paranoicos.