Miercoles 9 de Febrero de 2011
El camino que construimos es una imagen
que se desvanece con el trajín de los días.
La saliva, la miel y el perfume de besos
de Cabernet, de noches oscuras de Rock.
Toda la ciudad es un hermoso viaje
Suspendido en los arreboles del sexo.
Te lloré. Adore tus ojos ámbar,
Tu cabello agitado, tus labios entornados.
Y cuando te vi partir, pude ver el dosel de la noche
Caer como una soledad clandestina;
Que es vestigios de vidas que no serán.
A veces la distancia es un puñal sin filo,
Que zahiere peno no mata.
A veces sé que lo lograremos.
A veces…no tanto.
El camino que construimos es una imagen
que se desvanece con el trajín de los días.
La saliva, la miel y el perfume de besos
de Cabernet, de noches oscuras de Rock.
Toda la ciudad es un hermoso viaje
Suspendido en los arreboles del sexo.
Te lloré. Adore tus ojos ámbar,
Tu cabello agitado, tus labios entornados.
Y cuando te vi partir, pude ver el dosel de la noche
Caer como una soledad clandestina;
Que es vestigios de vidas que no serán.
A veces la distancia es un puñal sin filo,
Que zahiere peno no mata.
A veces sé que lo lograremos.
A veces…no tanto.
3 comentarios:
Siento tristeza en las letras que escribistes.
Saludines te envio un abrazo y mucha buenas vibras positivas.
Recoge de mi blog cuentitos dulces tu premio.
Saludin.
Quizas el tiempo lo dira...bello poema, denota todo ese sentimiento de un adios enamorado,
saludos,
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