jueves, 16 de mayo de 2013

Pequeña mansedumbre o cómo aceptar la vida a los 27...

Resignarse. Amar, soñar, odiar.
Ser polvo para no llegar a ello.
Darse cuenta de que la vida es así:
uniforme, áspera, lisérgica;
Un mosaico en vidrio de iglesia,
Un vivaz cuadro pop art.

Que los sueños no valen un ardite,
y pasas la mitad de tu vida asumiendo que lo eres
pero no lo eres, que lo podes, pero ahora la realidad.

Ella estaba clara a través de la lente,
era una Polaroid o una Genius barata.
Ahí, entre los pixeles brillaba la dentina;
Era su sonrisa, el rosa, de vuelta a antaño.

¿Y si la vi el día que olvidé escribir?

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