viernes, 17 de febrero de 2012

...a Spinetta...



El flaco de nácar y sus fuelles;
pliegues donde
se coronan bemoles hoy marchitos.

La poesía ya muerta,
aquellas notas hallan su óbito.

Toda tu música aflojando sueños
como leche de magnesia astral.
La armonia de vos en mi cabeza,
en la vida, por la vida.

El flaco y su voz dulce, afinada.

Los oídos renacieron contigo,
cromados en tu mondo di cromo.
Y el adiós, no lo es para quien no larga.
El sutil acto de permanecer en todo.

Luis,
el remanso de tus días es un rio de plata
donde las cenizas trazan pentagramas.

6 comentarios:

Ibeth Hache dijo...

El verso final es rotundo, trazar pentagramas en cenizas, es digno de la despedida de un músico.

Saludos.

Leticia dijo...

Una lánguida monotonía acompañada del silencio de los instrumentos enluta a los amantes de la música cuando uno de sus telentos muere.
Lo vamos a extrañar.Totalmente de acuerdo con Ibeth Hache.

Anónimo dijo...

Bello homenaje, a uno de los grandes.

Abrazos alados, Nahuel.

rayuelasolvidadas dijo...

Su voz dulcemente afinada... es precioso este homenaje, todavía siento una tristeza amarga al pensar que se fue..

Callejera. dijo...

Se fue uno de los mas grandes del rock nacional, & esta es linda forma de hacerle un pequeño homenaje! Me gustó mucho :) te espero por mi blog, un beso ..

rayuelasolvidadas dijo...

¡Quiero leerte!

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