Te recuerdo.
Todo decae fácilmente,
Se escurre en el resquicio del ojo.
Volver a amar y a odiar y a sentir.
Al rincón oscuro de la ciudad,
A los pasos bajo candiles;
los que enmiendan errores
Con sus baños de luz amarilla.
Esta la capuchina sobre la mesa,
la cascara grisácea de naranja,
el corazón escindido,
el brío del alma.
Perdurará en el cambio de los días
la pavura que nos da estabilidad.
1 comentario:
Eres de mis escritores (amigos blogueros),uno de mis favoritos . Tu prosa poética es original y conmueve. Un abrazo Nahuel
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