Sangre de colibrí derramada sobre el emplumado pecho,
escudo de coral, la mirada del jaguar entre las ceibas,
los sueños ahorcados con fibras de Kapok.
Si pudiera romper las olas
para llegar hasta ti.
si pudiera doblar mis huesos,
para estar más cerca de ti.
Levantare un altar con veladoras que quemen el techo,
y cada pavesa será un recuerdo rasgado;
ya verás que la sangre derramada es alimento de la tierra,
que los ruegos más sutiles mueren en el cielo,
que la carne magullada no se recupera,
que el silencio no se transforma.
Si pudiera matar mis sueños,
para dormir tranquilo;
Metamorfosis, para cambiarme con mi sombra.
6 comentarios:
Precioso...
Has logrado conjugar la emoción con el lenguaje poético con gran equilibrio.
Me encantó
Un abrazo
Ana
Es muy hermoso, lo es al leerlo, al imaginarlo; es precioso, sin más
Un placer, Nahuel
Abrazos
Ío
MAGNIFICO POEMA!
A SIDO UN PLACER RECORRER TU BLOG.
GRACIAS POR COMPARTIR TU ARTE
MIL BESOS DE LUZ
BEATRIZ
Tiene el poema una cosmogonía propia y un protagonista recio y firme.
Un abrazo.
"Levantare un altar con veladoras que quemen el techo,
y cada pavesa será un recuerdo rasgado;....."
muy bello!
Un traje de piel que se transforma a través del decir del poeta,en deseos que confiesa la evocación y toma presencia aún antes de la metamorfosis deseada.
Una posibilidad condicionada al presente del que escribe, detrás de ordenador... un poeta
Un placer visitar tu blog.
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