martes, 17 de enero de 2012

Y fue...


Y fue un abrir de ojos, un amanecer, un ver el mar en primavera,
una niña de la loma caminando en tardes soleadas de antaño.
Un transformarse para hacernos más tristes.

Es que la felicidad es una puta barata que te contagia.

Y fue sentarse por tus cándidos resguardos;
Fumarlos, recorrerlos, saciarnos.
Tatuarte el tobillo con una mariposa redundante,
de esas que no tienen un buen polvo en las alas;
Como los que ordeñabas alguna noche.

Es que la bendición era sentir sollozos y escribir.

6 comentarios:

Ío dijo...

Que hermoso, Nahuel, pero que hermoso¡
Gracias

Ío

Leticia dijo...

Una tristeza inpiradora del verbo pronto y calcinante, donde el recuerdo es más presente que la mariposa tatuada en su tobillo...
Un placer leerte Nahuel.

Diosaoasis dijo...

Versos que se destilan del alma.

Saluditos buen dia

Anónimo dijo...

Y de seguro fue algo bonito y soberbio al mismo tiempo.

Algo que te dejo un sabor agridulce en el paladar del alma.

Abrazos alados, Nahuel.

P.d.:
Porfis, no te desquites con las mariposas eh, es que me pone las alas de punta jajaja.

Humberto Dib dijo...

Recordar, cómo duele, pero que bien nos hace a los que hacemos arte.
Me gustó, si señor...
Un abrazo.
HD

María Téllez Girón dijo...

...sentir sollozos y escribir !
me encantó ese verso!

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