vagando en paisajes divididos por líneas
y en las mañanas esperando las tardes.
Y así soy, como una cascara de naranja
que se dobla y despide sus góticas
acidas a los ojos de los mirones.
Y esta ropa ya me queda exigua.
Todo el rocío que he atrapado con mi lengua,
tenía sabor a tiramisú traído por el cierzo de Véneto.
Todas las olas en el aljibe de mi boca
son la tormenta de otro continente que me llama a arriesgar.
8 comentarios:
Como siempre las atmósferas que llegas a crear entre líneas son sublimes.
Saludos.
Llenas de esencias y sabores el aire que te lee
Los dos últimos versos son geniales.
Un beso muy fuerte.
Nahuel, no sé qué decir, ya no sé, ante tus versos estoy muda.
Que bello escribes¡
Abrazos
Ío
Nahuel, deseo que tu oficio de escritor, siga ofreciendo la íntima belleza de tu lenguaje como hoy, un poema de un viaje interior que deleita.Un abrazo
Nahuel, espero que sigas subiendo escritos, porque aunque muchas veces no comente, los leo y me parecen especiales.
Te dejo un abrazo.
HD
Consigues con palabras que se haga la boca agua.
Me ha encantado, un saludo:
V
Un poema bellísimo, Nahuel.
Sentimientos a flor de piel, sutileza y lirismo.
Todo bien combinado.
Un abrazo
Ana
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