Si el viento nos trajo hasta aquí,
entonces tal vez es que somos hojas marchitas.
Recuerdo las hojas de maple cayendo
con cadencia en las escenas de las películas viejas. Los pámpanos de la vid
floreciendo entre el rocío del campo. Te recuerdo así, apresurada, verde, eran
los primeros días de marzo y entonces te cubrías con tu manta de lana y vicuña
y decías que la vida daba frío Corrí un poco la cortina, solo un poco, es que
siempre temí a las miradas ajenas. Entonces vi los edificios arrancándole el
alma a la tierra, con sus ventanas tan personas, tan iguales una a la otra. Así
son estos días, ulteriores, decididos, definitivos, son un fin en un comienzo tardío, un chapuzón en pleamar.
Cuánto desearía escribir, que no alcanzaran las servilletas para todas las
ideas; supongo que la prisión de ocho horas en semana por fin logró arrebatar
mis restos de pasión.
Si el viento nos trajo hasta
aquí, entonces tal vez es que tuvimos miedo.
6 comentarios:
Un saludo antes que nada Nahuel. Yo viviendo todavía... melancolía arropada por la caída del tiempo entre sábanas y el olor a suave del jardín por la noche y como a ti, el maldito tiempo me arrebató la posibilidad del lejano mañana entre lino y humedad de sal. Sólo desde la mesa del café escribo en el reverso de la cuenta una palabra Te extraño.
Sugerente esa posible verdad que envuelve en el calor de la suave vicuña, su cuerpo y tu corazón o quizá sólo sea ver caer las hojas arropando la imaginación detrás de la ventana de la oficina.
Un abrazo y... con todo este año amigo.
Siempre es cautivador leerte, la idea de las hojas es cierta, yo creo que no te quedas ahí, aunque tengas miedo, todo gira como la espuma en el café.
Un abrazo.
Y tan bello así, como leer y recordar lo que decían aquellas servilletas.
El viento y sus cuitas, yendo, viniendo....
Gracias por la hermosura hallada.
Tú también has estado ausente, Nahuel.
Saludos
Ío
El viento a veces nos acaba llegando a sitios sin que podamos encontrar una explicación aparente. Me alegra saber que continúas escribiendo del mismo modo.
Un beso.
Y no se equivocaba cuando dijo que la vida daba frío. Estamos todos congelados...
Quiero felicitarte por tu blog, sencillamente hermoso.
Y esta entrada me hizo emocionar, muy bonito todo!
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