jueves, 31 de octubre de 2013

Elevarse...

Se pasó tejiendo tanto la vida que tejió una jaula; la verdad, debió pensarlo menos, tenía el alma herida por la meditación. Todo lo que perdió, los otoños entre los álamos de hojas color albor, las cortadas al afeitarse sin prudencia, el picor del pasto mojado; nada volvería, ni el naranja ni el rojo ni el verde. En cambio, saboreó el acero de cada barrote para echarle más sal a sus días. ¿Puede alguien exhumar el sabor de la lluvia o tan solo guarnecerse? Cómo te adoro entre remembranzas, navegando tu silueta entre una manta eléctrica y los gritos en el hotel donde todos sabían nuestros nombres, y Martha con su ropa empapada escurriendo en el filo de la piscina dos lustros atrás y, el columpio vacilando de la tierra al cenit.

Como si la vida pudiera elevarse. 

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4 comentarios:

Blogger Leticia ha dicho...

Genial, excelente prosa.
Un placer leer tu trabajo siempre.
Beso y abrazo

5 de noviembre de 2013, 15:04  
Blogger Ío ha dicho...


Oh¡
Que hermoso que hermoso.
Y duele también.
Gracias, Nahuel
Abrazos.

Ío

6 de noviembre de 2013, 3:13  
Blogger Ibeth Hache ha dicho...

Y.... deberías continuar.

Abrazo.

7 de noviembre de 2013, 21:56  
Blogger Ana Muela Sopeña ha dicho...

Preciosa prosa poética, Nahuel.

Bellísimas son todas tus palabras.

Besos
y
Felicitaciones
Ana

9 de noviembre de 2013, 21:53  

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