jueves, 31 de octubre de 2013

Elevarse...

Se pasó tejiendo tanto la vida que tejió una jaula; la verdad, debió pensarlo menos, tenía el alma herida por la meditación. Todo lo que perdió, los otoños entre los álamos de hojas color albor, las cortadas al afeitarse sin prudencia, el picor del pasto mojado; nada volvería, ni el naranja ni el rojo ni el verde. En cambio, saboreó el acero de cada barrote para echarle más sal a sus días. ¿Puede alguien exhumar el sabor de la lluvia o tan solo guarnecerse? Cómo te adoro entre remembranzas, navegando tu silueta entre una manta eléctrica y los gritos en el hotel donde todos sabían nuestros nombres, y Martha con su ropa empapada escurriendo en el filo de la piscina dos lustros atrás y, el columpio vacilando de la tierra al cenit.

Como si la vida pudiera elevarse. 

4 comentarios:

Leticia dijo...

Genial, excelente prosa.
Un placer leer tu trabajo siempre.
Beso y abrazo

Ío dijo...


Oh¡
Que hermoso que hermoso.
Y duele también.
Gracias, Nahuel
Abrazos.

Ío

Ibeth Hache dijo...

Y.... deberías continuar.

Abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Preciosa prosa poética, Nahuel.

Bellísimas son todas tus palabras.

Besos
y
Felicitaciones
Ana

Buscar este blog

Páginas

Alma...

"Sobre el montón de escombros, sobre la desventura  De tanta vida rota, de tanta fuerza inerte,  Se desgranó la lluvia tenaz, nutrida...

Search