Que borra en sus cadenas nuestros sueños.
El bosque de sauces donde perdimos
Nuestra infancia de vestidos de algodón.
Los cielos que se debieron matizar,
Las orquídeas que nunca florecieron en tu cabello
Y se ajaron con el peso de tus tribulaciones.
Las palabras que nunca escribiré,
El don que se escabullo en su cubil
De grises cuarzos, de luces menguantes.
Los días de tu vida que no conoceré,
Tu pasado que es sombras en sepia.
Todos los sabores a los que renuncie
Y la sangre que debí derramar.
Los mares que cruzaremos juntos
para encallar en nuestro cayo de soledad.
3 comentarios:
hunnn estos versos, son como un viaje nostálgico hacia lo que no poseído..!!
maravillosos!!!!
emily
Es tan hermoso como triste; pensar en lo que pudo ser, y no fue, mirar ese futuro y no poder encontrar
Un placer, me ha encantado leerte, como siempre
Besos, Nahuel
Ío
Abandonar los sueños es condenar al alma a vivir sin alas de libertad.
Se puede renunciar a todo menos a dejar volar los sentimientos.
Un cálido abrazo de mariposa!
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