domingo, 25 de marzo de 2012

Muerte...

El susurro constante de la muerte
nos alejo como el velero que atraviesa
un maelstrom y no resiste el mástil sus arrebatos.

Y en cada astilla uno casi podía ver
los huequitos entre tus dientes
y la piel acanalada de tus parpados
y los rizos caramelo de telarañas en la pieza.

El susurro me decía “ahora vas sólo,
porque decidiste creer que podías soñar
y no estar conforme y muerto como
aquellos que sonríen en la oficina”.

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5 comentarios:

Blogger Ibeth Hache ha dicho...

Hay susurros que nos alejan de cosas que pueden ser importantes, el de la muerte es tremendo.
Y bueno, sonreír en la oficina a veces resulta inservible.

Un saludo grande.

26 de marzo de 2012, 9:37  
Blogger Laura Sánchez ha dicho...

La gente que sonríe en la oficina no merece ni un segundo de consideración. Me ha cautivado el símil con el velero.

Un beso.

26 de marzo de 2012, 12:58  
Blogger Luis Cano Ruiz ha dicho...

Cuesta encontrar un blog con una poesía tan clara.

Bucearé un rato por tu espacio.

Enhorabuena.

4 de abril de 2012, 10:41  
Blogger rayuelasolvidadas ha dicho...

Pero soñar no siempre consiste en ir solo, y en todo caso estar solo es mejor que estar en una oficina.
Precioso!

5 de abril de 2012, 14:32  
Anonymous Anónimo ha dicho...

La muerte ronda y asecha por cualquier lugar, pero no hay que darle opción a entrar.

La vida es bella!

Excelente metáfora, Nahuel.

Besitos tiernos.

17 de abril de 2012, 14:11  

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