Y si te hubiera dicho que la vida se trataba de arrojarse
de aquel taxi en movimiento en las horas del maitines,
quizás no me hubieras creído. O tal vez era demasiada cuita;
el sabor a leche agria que sobraba en nuestros días.
Por aquellas fechas marcadas en el calendario,
todavía mis ojos disfrutaban con las hadas,
y mis oídos captaban las pequeñas arañas
que cuelgan de los semáforos diseñando destellos roji-verdes.
Entiendo con certeza pura que el carisma de la inspiración
perece con el trajín de la mente.
Sin embargo, la tristeza no se apea.
Yo quería explorar mundos lejanos; pero aquí estoy,
esperando el bus.
4 comentarios:
Felicitaciones poeta. De a poco iré poniéndome al día con tu producción. Abrazos.
Me dice mucho este poema tuyo, no voy a entrar a desmenuzarle, o lo hago sólo para mí.
Es un gran poema, Nahuel, de esos poemas que hay que leer muchas veces para llegarle hasta el fondo.
Un placer, un verdadero placer tu poesía; gracias, porque siempre que vengo me quedo ensimismada leyéndote.
Gracias, gracias por escribir así como escribes.
Abrazos
Ío
Fantástico, Nahuel:
Me ha encantado
Un beso enorme
Ana
Fantástico...
Lo he vuelto a leer y de nuevo el asombro y el temblor.
Un beso
Ana
Publicar un comentario