Es hora
de hablar de todo aquello que
quedó suspendido con el letargo de los días,
de que
algunas cosas nunca se arreglaron
y allí
quedaron las grietas;
de que
jamás golpeó el atrevimiento y tú lo sabías.
Es hora
de hablar del silencio,
de las
cosas vanas y fútiles.
Que no
se triunfa sin un espejo.
Es hora
de hablar de esta habitación
que se
desmorona en paredes de cal amarilla,
que trae sonidos de fantasmas y canciones
muertas.
De cómo decirte que revises las gotas rojas
en el puñal,
de
hacerte entender la ironía y la dualidad.
Es hora de hablar de la nimiedad del todo;
de que
todo sigue, de que nada para.
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Es hora
de hablar de las sabanas para horca,
del
astillero de tribulaciones,
del
alcor de remembranzas cada día más indócil.
Es hora
de hablar de aquellos días avellanados,
que
nunca volverán y sonrieron
con un cielo
inflamado en el horizonte;
con una
sonrisa hasta la cúpula del asta y un porte hacia delante.
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7 comentarios:
Poema basado en la frase "Es hora de hablar", de la canción de Enrique Bunbury.
Hablar, parece sencillo pero... a veces se vuelve un monólogo interior.
Un pretexto para el poeta que desea decirnos lo que calla y lo ofrece en la voz del poema.
Un placer leerte.
Totalmente de acuerdo en que me sigas, aunque no importe ;)
Hago lo mismo con tu blog.
¡Un abrazo!
Cristina
La frase te disparó un bello texto, Nahuel, es muy interesante cuando el arte inspira al arte.
Un abrazo.
HD
Hablar es mejor que callar, se evitan muchas confusiones y se aclara malentendidos.
Lindo poema, Nahuel.
Abrazos alados!!!
De la quimera de otra vida...
Me gusta tu estilo, te sigo, te leo, te sigo leyendo.
Un abrazo.
..es hora de hablar de aquellos días avellanados.."
fantástico!
un saludo
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