miércoles, 13 de marzo de 2013

101, el punto.

Es martes y el orvallo enternece,
baja vertical a los parpados que descubren.
Al fondo y tras la retina un cementerio vacío.

Recuerdo y es una imagen a lápiz
de un campo de gladiolos sempiterno.
Y todos los sueños que soñé
son un tinto a las tres de la tarde;
Un camino virgen que se borra.

Está bien concluir así,
Como papel fotográfico en blanco.
Como si acaso estuviera naciendo.
Como trazando un ultimo intento.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé porqué, me encanta la sonoridad de la palabra orvallo...

Delicado y precioso poema...

Ío dijo...


Quizás todos los intentos sean el último, y así la lluvia recuerde.
Es precioso, Nahuel, mencantó¡
Gracias por tu poesía, gracias.
Saludos.

Ío

Ibeth Hache dijo...

Tan suave como la garúa en madrugada. No te retires.

Ibeth Hache dijo...

Tan suave como la garúa en madrugada. No te retires.

Leticia dijo...

Nahuel ¡Salud!
la poesía... acerca, identifica, evoca, derrumba, construye,apasiona, ahoga, crea amigos o enmigos y mucho más pero... esencialmente conmueve
No hay consejos, ni pruebas que la poesía no dicte. Por lo pronto estoy conmovida. Bello. Un abrazo y un te quiero, amigo y poeta.

Ana Muela Sopeña dijo...

Precioso poema, Nahuel. Tus poemas siempre llega con suavidad de estrella y al mismo tiempo con cierto instinto animal.

Enhorabuena
Un abrazo
Ana

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