Diario de Lois
5 de Enero
Anochece, siento que el tiempo con sus sabores metálicos se oxida con mis tempestades. El sabor de un copo de nieve al derretirse en la lengua es indescriptible: percepciones dulces y saladas recogidas a través de vientos y corrientes de toda la ciudad.
Al regresar a mi hogar provisional vague un poco por la zona comercial de la ciudad. Las prostitutas con su boca escarlata mal pintada y su rimel desaliñado me invitaron a la perdición, a comprar lo que no se puede comprar: amor; sus ojos son tan vacíos, aun con las luces de los autos no reflejan brillo alguno. Regrese al edificio antes de la medianoche, en la entrada había una montañita de nieve bloqueando la puerta, la derrumbe con los pies y entre a la residencia. En las escalares del primer piso estaba sentada una niña de no más de una década de edad, con la cabeza gacha recostada sobre la reja de acero con formas de caracol, se abrazaba con uno de sus brazos a la barandilla de pino que cubre el borde superior de la rejilla. Su cabello negro caía sobre sus rodillas como un dosel de hilos sin vida ocultando su rostro pálido de plenilunio. Lo único que brillaba en su ser eran el par de aretes que colgaban de sus orejas. De repente escuche gritos y golpes secos provenientes de una puerta cercana, era la casa de la niña. Un hombre gritaba diatribas inefables de un lenguaje corrupto y venenoso, una mujer se desangraba el alma y lloraba lamentos de corazón y penas y olvidos y pasados y recuerdos que flotaban como cabellos suspendidos en un torbellino. La mujer recordó que allí alguna vez hubo amor. La pequeña temblaba exiliada de su hogar, me senté a su lado y la abrace en silencio.
Cuando mis parpados caían vencidos de cansancio sentí que una manta cubría mis hombros desde atrás, al girar vi a Samanta con su rostro preocupado. La mire sereno con su bella seriedad, encerró mi antebrazo entre sus dedos pequeños y me halo.
- Vamos. No quieres estar aquí cuando el padre de la niña venga por ella, no lo conoces.
La seguí en su camino ascendente por las gradas, dejando a la niña de nuevo en soledad. No pude evitar sentir remordimiento y rabia al mismo tiempo, sentí que debía hacer algo pero me deje arrastrar por Samanta.
viernes, 19 de diciembre de 2008
El Tiempo que nos queda (Parte 4)
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Soledad...
Ayer en la avenida resonaban sollozos.
Un niño perdió los pétalos de su rosa,
Clavo las espinas bajo sus uñas.
Soledad fuma un faso en la 16,
Desde un coche llega un llamado.
Rojo, carmín y carmesí,
No es labial, es la sangre en sus labios.
Mordió entre sus dientes un auxilio,
Cuando su viejo la tocaba en los suburbios.
Aprendió a ahogar sus libertades
Entre las piernas de algún tipo.
Alguien ve cambiar los semáforos,
No avanza hacia ningún lugar.
Le duele el hombro de estirar la mano
En busca de alguna dignidad.
Y yo no entiendo por qué todos lloran:
Ayer compre un Versace,
Ayer dormí en aviones;
Decía la chica estrato 6.
Yo llore cada noche,
Sintiendo que se agoto el carbón.
El mundo está tan jodido,
Qué mas da morir o vivir.
Alguien quema luces de neon,
Ilumina su ser superficial,
Hay un niño que camina sólo
Esperando poder olvidar.
Y de verdad no veo a nadie feliz.
Prendí mi primer cigarro.
Hay otros iguales que yo:
Con los ojos sin fulgor.
jueves, 11 de diciembre de 2008
Sobrevuelos...
JUEVES 11 DE DICIEMBRE
Sobrevuelo la ciudad,
con alas de acero,
con frío de hielo.
Ella entró y echo raíces;
la suave sensación de no estar solo,
la oscura agonía del adiós.
Como dos figuras de barro,
entre la tormenta polar,
perdidos en la distancia.
Hay días en que uno debería morir,
para nacer más feliz,
un corazón que late
y luego está marchito,
el silencio de la despedida.
La sirena dio sus notas,
alguna vez te alcanzare;
la tinta anegada,
las lágrimas sobre el papel,
las lágrimas sobre el papel.
martes, 2 de diciembre de 2008
Te Vi...
Subí por el callejón, era una noche del 08,
llevaba clave de sol al hombro, y un tacto algo trajinado.
Había olor a naranjas de pampa fresca y a marihuana de las sabanas del interior.
Al otro lado de la muralla social, colgamos el amuleto de tu cuello tierno;
Sensual fiera amazónica, bravío óbito de sensación invernal.
Por que al verte nace un pensamiento, se ilumina una cruel verdad;
a veces, es mejor atesorar una mentira, mis brazos nunca te alcanzaran.
Tus ojos no tienen color, cambian con el estado de mi alma; y tus palabras,
que constan de hilos de silencios, se hilvanan ahorcando mi razón.
Dónde ha quedado el trecho de camino libre, dónde ha quedado la guerra;
y la sangre derramada por el azteca, ahora creo que no valió la pena,
por que seguimos sintiendo el mismo dolor que nos subyuga,
y nuestros puños no encierran más que tierra robada que no da frutos.
Sus labios besaron la punta de mi desmayo,
y a mi espaldas, presionó el botón de grabar.
jueves, 27 de noviembre de 2008
El tiempo que nos queda (Parte 3)
- Creí que ibas a seguir durmiendo por semanas – dice con una sonrisa en su rostro.
- La curiosidad es un instinto tan básico, tan solo necesito respuestas, ¿por qué me traes hasta tu casa y me cuidas sin conocerme? – inquiere Lois.
- Sabes, ayer iba a terminar con mi vida, y creo, que a ti también te estorba un poco. Cuando te encontré deje de sentirme sola por un instante, alguien más entendía mi situación, es algo así, un sentimiento de consuelo; ¡pero alégrate!, algunas cosas es mejor no saberlas a fondo – dice estas ultimas palabras mientras hace girar una rebanada de pan tostado en el aire en un gesto de ternura – soy Samanta, un placer conocerlo, “señor esperanza”, aquí vas a vivir por un tiempo.
- Lois, es Lois.
Por la tarde, Lois sale del apartamento, ha decidido quedarse a vivir con ella un tiempo, casi como si se lo hubiesen ordenado. Desciende las escaleras de caracol hasta el primer piso del edificio, empuja las puertas de cristal y su cuerpo es golpeado por el silencio de la calle. Camina despacio con las manos dentro de los bolsillos por el centro del callejón solitario, una senda estrecha entre dos hileras de edificios altos que se extiende por un kilómetro hasta conectar con la avenida principal. Un copo de nieve llega hasta el torso de su gabán, Lois levanta su barbilla hasta posar su mirada en el cenit y sus ojos logran ver un espectáculo precioso de frías partículas níveas que se precipitan desde el cielo, aprieta sus parpados, abre sus brazos en toda su envergadura y camina con las briznas de nieve vistiendo su rostro; respira profundo el gélido aire hasta dejar henchidos sus pulmones, entonces exhala todas sus preocupaciones.
lunes, 24 de noviembre de 2008
PERCEBE
LUNES 24 DE NOVIEMBRE
El cielo se abrió como una cortina de hermosura,
la luz recién nacida penetró la piel exigua de mis parpados,
pero no la armadura gruesa hacia el corazón que permanece oscuro
Seguí vestigios de un pasado que no madura,
hogaño sigo cayendo y las rodillas siguen sangrando,
mis pasos se atan con grilletes que no tienen eslabones débiles.
Busqué el convexo contorno del arco iris,
el frustrante deseo que permanece,
la porfiada razón que nos mantiene,
las palabras que aun no germinan;
no encontré más que el silencio baldío
del barco encallado en costas forasteras.
Me he quedado suspendido ante tu ausencia, abrazado a tu espíritu;
permanezco como un percebe adherido a las rocas con que me heriste,
permanezco como un ciclón de viento que se aloja en ecos ajenos.
viernes, 14 de noviembre de 2008
Por una calle oscura...
salieron con las primeras luces diáfanas,
se sentaron en un café, fueron fantasmas,
bebieron gotas de un paraguas.
Lloraron juntos, corrieron juntos, volaron juntos por las ruinas de la ciudad.
Por una calle oscura, por una flor de luna, sin razón alguna,
cuando estaba solo.
Porque entendía que un recuerdo no se puede edificar.
Se esfumaron entre nubes,
jugaron con el sol por diana,
bebieron bálsamo de luz, que cura el desamor,
y ya pasaba.
Lloraron juntos, corrieron juntos, volaron juntos por las ruinas de la ciudad.
Por una calle oscura, por una flor de luna, sin razón alguna,
cuando estaba solo.
Porque entendía que un recuerdo no se puede edificar.
martes, 11 de noviembre de 2008
El tiempo que nos queda (Parte 2)
Diario de Lois
4 de Enero
Cae la lluvia con su magia esplendida, las gotas tratan de atravesar el cristal. Una hoja desprendida de un árbol se apea fuerte al vidrio mientras la ventisca trata de arrancarla intempestivamente; me pide que la rescate, eso creo. Me levanto de la cama, veo a dos niños jugar con los barrizales de un antejardín vecino; ¿Dios, cuándo perdimos la infancia? ¿Cuándo se nos agoto la inmadurez? ¿Cuándo cambiamos la diversión y el placer de unas vueltas en la noria, por los coloquios de bar? ¿Será que perdimos todo el amor por vivir a través de los cumpleaños? ¿Acaso las velas que apagamos en cada pastel, también extinguieron nuestra llama?
Ella entro con un café y una tostada ésta mañana, “estás en mi casa, caíste inconsciente otra vez”, giró el pomo de la puerta y salió sin agregar nada más. Tal vez quise saltar entre las jambas y perseguir una explicación, pero la debilidad me ganó. Todavía me pregunto cómo una extraña pudo traerme a su casa, a su habitación sin ningún tipo de vacilación. No puedo evitar sentir curiosidad y hasta miedo; en este mundo tan loco uno ya no sabe qué puede esperar.
La tarde sigue pasando lenta y cansina, comienza a oscurecer, o el día se puso más gris. Las horas pasan sin afán, en el tercer piso del edificio contiguo suena “are you lonesome tonight” de Elvis con sus notas de muerte y presagio, el aire en todo el suburbio esta tan denso de melancolía que creo que comenzare a condensar mis lágrimas. Mañana iré hasta la cocina para ponerme al tanto de los hechos. Mientras tanto, ella sigue siendo mi enigma.
sábado, 8 de noviembre de 2008
El tiempo que nos queda (Parte 1)
- Tengo que terminarlo todo, tengo que terminarlo todo, el diario, la muerte, el reconocimiento, ha llegado el momento, no lo puedo prolongar más.
Lois se levanta brusco derramando el brandy entre las ranuras de los tablones de la mesa. Piensa que su equilibrio en este instante es tan escaso como el de esa copa, que los golpes también lo han desestabilizado a él. Deja la cantina, las miradas de los borrachos impávidos, sedados y perturbadores. Toma el callejón dieciséis hasta la entrada del bulevar sobre la diecinueve, arrastra el ruedo del pantalón por el hormigón de los andenes citadinos. Su cara está demacrada y sus mejillas macilentas, saca un libro del bolsillo de su gabán y comienza a leer; las ideas vuelan en su cabeza, se desordenan…rápido…uno…dos…tres, comienza a correr, está confundido, el reloj de una iglesia marca las dos de la madrugada, un pájaro gris pasa casi atropellándolo, las palabras del libro…”el conocimiento es tristeza”…”vive para siempre”…”la senda se estrecha”…”latidos de corazón”...un golpe.
- ¿Estas bien? – la pregunta introductoria sin sentido de una extraña al ver a Lois tirado en el borde de la acera con sus manos sangrando.
- He caído inconsciente – responde Lois con desgano.
Recién abre los ojos, y por primera vez se da cuenta que no todas las cosas sobre el mundo están hechas de oscuridad. Siente un miedo profundo, el temor hacia la hermosura que siente un artista antes de terminar su obra, las ansias de un niño antes de salir a un paseo. La rubia deja caer su cabellera sobre su frente mientras lo revisa.
martes, 4 de noviembre de 2008
TAN SÓLO UN INSTANTE...
- El instante cuando subí las escaleras de un edificio y te vi allí parada con tu sonrisa preciosa, perfecta y conocí la tristeza de lo inalcanzable, y te salude, pero un mal día quizás no volvimos a hablar y luego olvidaste mi nombre.
- Una noche estrellada en la capital con cincuenta mil luces verdes girando en un ballet sincronizado a las notas de soda stereo: “he llegado hasta el fin, con los brazos cansados, tantas veces te vi simulando un olvido, y eso paso…fue”
- En un taxi hacia un aeropuerto dormido entre tus brazos, con la resignación y la amargura de una despedida del tipo: “no se si nos volveremos a ver”
- El día en que escribí mi primer poema, el día en que desempolve una vieja guitarra abandonada de la casa y luego no la pude dejar de tocar y de amar, el primer temblor por amor (despiértenme cuando pase el temblor…), los paseos familiares, cuando era mas feliz, tiempos invaluables en el cofre de mis tesoros.
Y tal vez elegiría cualquiera de estos instantes para recrearlo, pero ahora que lo pienso mejor, la tristeza de estos instantes, toda la nostalgia, todas las lagrimas que cayeron al piso van ligadas con todo lo que amo y adoro, creo que conservare el dolor en lugar del vació. Todo desconsuelo es necesario.
sábado, 1 de noviembre de 2008
PENSAMIENTOS DE LLUVIA...
Quien se divierte con las cosas triviales para la mayoría, entiende la magia oculta de las cosas sencillas en el mundo. Cada cosa que nos rodea tiene su encanto. A veces, por las mañanas, cuando salgo de la casa caminando hacia el trabajo, creo que cierro los ojos, izo mi cara hacia el cenit, e inhalo muy profundo para contemplar los aromas de la tierra, de la ciudad viciada y contaminada; los almizcles de rosa y smoke, los matices de samanes y almendros de otoños suspendidos en el tiempo, los aromatices de tierra húmeda y dehesa fresca. Hasta podría decir que camino lento y a ciegas por unos segundos, y los silbidos iracundos de algunos carros zumban en mis oídos. Voy en el bus de transporte público, es viernes por la noche, hay una lluvia cansina que se deja caer con su gris vertical sobre los andenes y las calles de la ciudad. Los adoquines desgastados de las vías de antaño lucen renovados bajo los prismas irisados de agua y aceite. Recuesto mi costado izquierdo en la ventana del bus, los cristales cerrados dejan deslizar sublimadas gotas de agua que se arrastran hacia atrás por el vidrio con la inercia y el viento. Las luces rojas de los autos son hipnotizantes a través de la cortina de lluvia, siempre me pareció así, las miro fijamente cuando el conductor frena y brillan con más fulgor, y cada brillo es un recuerdo que vuelve a mi mente: una niña escurriendo sus ropas mojadas en una piscina, un columpio que nunca dio el giro completo, un hombre con un corazón roto, las cinco casas, un beso en el parque, una amiga allá arriba, los días sólo contigo madre, los amigos de la infancia, el mundo que dio sus vueltas y arrojo a algunos afuera, la abuela con sus ojos verdes cristalinos rezando un rosario, cincuenta mil esmeraldas pintando el horizonte, las melancolías y las tristezas, es un planeta cruel, quién dijo que no. Hay que retroceder la película para vivir, o esperar con ansias que se nos reserve un gran final.
martes, 28 de octubre de 2008
Las ruinas de mi casa...
MARTES 28 DE OCTUBRE
Este es el último verso,
El ultimo adiós que cobija tus cenizas.
Tus cabellos ya son canas en mis recuerdos,
Y han perdido el sol amarillo de tus estíos,
Los naranjas intensos de tus locuras,
Los púrpuras sublevados de tu amor.
Este es el último café.
El insomnio cerró mis ojos
Y me impregno de tu profundo sueño.
El paisaje parecía tan hermoso,
Con una casita de abedules y samanes,
Y el humo como un manto del dolor
La alforja sobre el hombro;
La sombra que parte hacia los oscuros
matices de un viejo cuadro en la pared,
Bajo los surcos de tus uñas sucias de “no”,
cayó la lumbre del imposible “si”.
La ciudad se comió tus verdes ojos,
Te vi en las ruinas de mi casita, entre y te abrigue.
viernes, 24 de octubre de 2008
Disculpas nada más...
VIERNES 24 DE OCTUBRE
Perdóname desde ahora, por que se que he sido rastrero y he dado el golpe incorrecto. Por que se que el mundo me dio y yo no le devolví nada, ¿o tal vez fue al revés? Porque no respire profundo suficientes veces, para observar y escuchar, y estuve siseando retahílas inentendibles de dolor.
Será justo el látigo que me golpee, o si ha de quemarse mi espalda con el sol, o si han de quedarse inmóviles mis piernas que tanto huyeron; que tanto huyeron de ti, que fue lo único que me dejo este vaivén llamado vida.
Qué más da, pronunciar un arrepentimiento anticipado, sólo una débil premonición agridulce del remordimiento venidero, que sé que llegara, ya lo puedo saborear, por eso perdóname desde ahora, de rodillas en mi pensamiento cuando solo quede polvo.
Te adoro. Discúlpame toda la vida.
miércoles, 22 de octubre de 2008
EN LA LUZ AMARILLA...
La lluvia roja palpitando sobre mis pliegues,
La sangre fluye hacia las heridas para ser desangradas.
Nos desharemos, nos diluiremos como el susurro más sutil,
Como el celaje blanco sobre Pokhara una tres de agosto.
El recuerdo es la vocación más inútil,
Es una mina de diamantes consumida en un volcán,
Es un jaguar que no sabe acechar, que teme,
Y se pierde vacío en la verde hojarasca Amazónica.
El amor añejo saboreó el óbito, dibujó camposantos,
Esbozó temporales cargados de sal y miel,
Y un día desvanecido sobre el porche de tu casa,
Advertí tu sombra tenue proyectada en el umbral.
En la luz amarilla, viciada, partí y te inmortalice
lunes, 20 de octubre de 2008
Calamaro Querido!!
LUNES 20 DE OCTUBRE
Dos días después, pero tenia que hablar sobre el concierto de Andres Calamaro que viví el sábado…
El furor de la gente se mezcla con el sudor y el olor a mezcalito, los aromas a impaciencia, a desasosiego; el nerviosismo por la hora que parece que no llegara, por la espera pronunciada que parecía sempiterna, por el sueño que pronto se cumplirá. Las gargantas espetan con fuerza un mismo coro, el orfeón de los mortales; las luces de las pantallas de las cámaras y los celulares brillan pacificas en la noche nubosa de la ciudad. Tres…dos…uno…”Buenas Noches”…el estallido del publico tiene la fuerza de 5000 voluntades y la voz se amplifica…”quiero arreglar todo lo que hice mal” (las primeras letras de una canción calan muy profundo, por qué, quién no quiere redimir sus errores?)… ”Todo lo que escondí hasta de mi” (todas las verdades que ni siquiera nosotros aceptamos, es hora de romper las mascaras, necesitamos honestidad brutal). La banda toca, el publico se pierde en un mareo de sensaciones, de nostalgias casi infantiles, de entrega total; que esto sea lo ultimo que cante mi garganta, pensaran muchos; el sudor en la arena, el cantante entregado, tan entregado como nunca había visto a Calamaro…Andres, el artista…”No me lo van a creer cuando lo cuente”…
Podríamos morir tranquilos esta noche, por que el salmón nos visito...y fue bueno, sudo su camiseta hasta el final y su público le pago en igual cantidad. Calamaro querido, grande eres, y te recordaremos por siempre los que estuvimos ese sábado 18 de octubre en tu recital. Calamaro querido, la noche abrigara por siempre los ecos de tus versos rasgados.
”porque quiero dormir y soñar con ella, mientras por afuera pasan los aviones…no quiero que se termine, no quiero que me abandones”
domingo, 19 de octubre de 2008
LA DESPEDIDA...
Como el follaje en una marisma virgen,
Hemos crecido puros en la catarsis colectiva.
La sangre de una estirpe guerrera quemada
Por el sol clandestino de una noche de octubre.
Será la sangre de la sierpe rastrera,
La que nos condene al ocaso?
Será el facon de la muerte certera,
La que nos ha aruñada una conclusión?
Acaso habrá de hundirse el buque y la galera?
O estuvo perdida todo el tiempo su tripulación?
El mundo es tan opaco y tan reseco,
Pero aquí adentro brilla más de un corazón.
Yo libare los almíbares de tus últimos versos,
Ungiré los bálsamos de tus lamentos,
Las tristezas que se convirtieron en letras,
Los amores que brillaron con deleites;
Con pasión y dolor, con cadenas de sacrificio,
Con alas de libertad, no queda más que una verdad,
Es hora de la despedida, pero nunca del Adiós.
sábado, 18 de octubre de 2008
De la oscuridad...
el viento te balancea indemne entre cuchillos.
Habremos de decidir si morimos para descansar de la vida,
o si vivimos descansando de la muerte.
Son tan fatales todos los días negros sin rastro de luz.
Alguien pidió un foco de luz urgente, pero el que lo traía al parecer a tropezado, y entre los vidrios rotos jamas encontró el camino de regreso, así que tal vez, el próximo que venga tropiece con él y se convierta en un ciclo perverso de oscuridad...
martes, 14 de octubre de 2008
Pensamientos entre insomnio.
Respiras profundo, el aire condensado de una mañana cruel puede ser tan pesado. Como el despertar clandestino de resacas pasajeras que se zozobran en porfiados arrepentimientos. Que terrible es estar despierto mientras el mundo entero duerme, cuando las distancias son largas aun a pasos de gacela de 80 kilómetros por hora. La gente humilde es mejor.....todos estos hombres y mujeres cubiertos de títulos y guarnecidos de auto alabanzas te clavarían el puñal sin pensarlo solo por tener más. Los que han tenido poco, parece que así están bien, no ambician más de lo que pueden conseguir ellos mismos, no tratan de pisotear o de morder a traición como el tigre a su domador el día que no lo reconoce. Estoy cansado de que la gente hable a las espaldas, de que quieran canibalizarte por 3 pesos; les entrego mis títulos y déjenme en paz.......la noche avanza, algunos exigen, pero no saben como es vivirlo, les parece fácil sin llevarlo a cabo, claman esfuerzo ajeno desde sus fincas de verano...y la noche avanza, ya pronto saldrá el sol y dormiré como Lestat...
sábado, 11 de octubre de 2008
Senda...
que me lleve a un lugar
y no me siento capaz
de iniciar nueva vida sin más.
quisiera emprender
la aventura que no me haga volver
dejar de una vez
lo que yo mismo no puedo entender
Por una vez lo que siempre soñé hacer,
prometerme construir una senda.
por una vez lo que siempre soñé hacer,
prometermeconstruir una senda que pueda recorrer.
Detrás de un disfraz tartamudo ante la adversidad
por un hilillo de voz,
se va la poca razón,
que nos permite tu escaso valor.
Y he de cruzar dar el paso
hacia una vida anterior
si hay destellos de magia
entre los besos de la traición.
Por una vezlo que siempre soñé hacer,
prometerme construir una senda.
por una vezlo que siempre soñé hacer,
prometerme construir una senda que pueda recorrer
"Heroes del Silencio"
Es hora de recorrer el sendero del Nahuel!
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Alma...
"Sobre el montón de escombros, sobre la desventura De tanta vida rota, de tanta fuerza inerte, Se desgranó la lluvia tenaz, nutrida...